Tal como venimos siguiendo desde el comienzo de año, la situación externa es insostenible. En lo que va de 2023 el Banco Central se desprendió de USD 3.527 millones, tras cerrar con un saldo negativo en 48 de las 67 ruedas. Esta dinámica se profundizó aún más en el último mes a causa de pagos destinados a la energía.
En medio de este contexto, previo a los feriados de Semana Santa, Massa anunció el nuevo “dólar agro”, que implica un tipo de cambio de $ 300 y regirá hasta finales de mayo para la soja, y hasta agosto para algunos productos de economías regionales.
Si bien el cronómetro se activó a partir del lunes 10 de abril, en las primeras dos ruedas el ingreso de divisas por el “dólar agro” brilló por su ausencia. Algunas imprecisiones regulatorias sumadas a la falta de precio según señalaron agentes del sector, mantuvieron paralizada la liquidación de divisas.
No obstante, el martes 11 de abril el Banco Central logró comprar USD 2 millones y así rompió la tercera peor racha en venta de divisas al sector privado, con un total de 23 jornadas. Solo superada por ella, en abril de 2009 el récord se mantuvo por 29 jornadas y por la sangría de divisas posterior a las PASO de 2015, cuando existieron ventas ininterrumpidas por 24 jornadas.
El reciente derrotero no solo se encuentra dentro del top 3, sino que dos secuencias de 2023 se ubican entre las diez mayores rachas de ventas netas.
Llegará cierta calma, aunque la sequía amenaza
A medida que el tipo de cambio diferencial comience a surtir efecto, con el pasar de las jornadas esta dinámica se revertirá. Si bien en el escenario base se espera una liquidación de USD 7.000 millones, cabe tener en cuenta que el mayor éxito del “dólar agro” en este frente vendrá de la mano de una mayor inyección de pesos, que prometerá agregar presión sobre los precios. Esta emisión extra se potencia por el hecho de comprar divisas a una cotización 41% superior al dólar mayorista.
En cualquier caso, la sequía hoy aparece como la mayor amenaza para la macro. Tras varias correcciones a la baja, la bolsa de Cereales estima una producción de 25 millones de toneladas de soja, marcando así un mínimo desde que la oleaginosa ganó mayor importancia a nivel de exportaciones.
Esto no solo afectará al ingreso de divisas de los próximos meses en una situación inicial particularmente delicada. Además, en este contexto la única alternativa política posible surge de restringir aún más las importaciones, con efectos nocivos en materia de actividad. Así, la “seca” podría dar sentencia de muerte al Plan Llegar.