“Con el superávit fiscal se vota, se come, se cura y se educa”. Parafraseando a Alfonsín, este lema sin dudas podría ser la bandera que resume la mirada económica de la gestión de Milei.
De hecho, el presidente utilizó la cadena nacional para lucir con creces los resultados obtenidos y resaltó el esfuerzo tanto del equipo económico como de la sociedad.
En rigor, el primer trimestre del año cerró con superávit financiero por $ 1,13 billones, que en términos reales implica un saldo de $ 1,3 billones. Para encontrar otro trimestre con ingresos superiores a los gastos e intereses, es necesario remontarse a 2008.
En particular, en marzo el superávit financiero fue de $ 276.638 millones, mientras que si se excluye el pago de intereses el Sector público logró hacerse de $ 625.034 millones. ¿Las claves? Un recorte del gasto primario del 28,6% interanual real, que logró compensar la caída de los ingresos totales del 8,6%.
¿Cómo se comportó el ajuste?
Con la lupa sobre las erogaciones, de los 28,6 puntos porcentuales (p.p.) de merma real interanual, 12,7 p.p. corresponden a prestaciones sociales, las cuales cayeron 21,1%. Jubilaciones y pensiones contributivas, que viene de retroceder 38,1% y 38% en los dos meses anteriores, se desplomó 30,9% real en la comparativa de 12 meses. Esta licuación fue marginalmente compensada por el aumento real del 34,1% en las Asignaciones universal para la protección social.
La segunda partida con mayor incidencia sobre el recorte fueron los Gastos en Capital (-7,4 p.p.), que se hundió 86,6% real. Todos los demás rubros de la obra pública se derritieron más de 76% cada uno.
Los Gastos en funcionamiento (-3,4 p.p.) y las Transferencias corrientes a provincias (2,5 p.p.) implicaron el 21% de la merma en los gastos. Es destacable que a pesar de que Subsidios económicos haya cedido 20,9% en términos reales, se viene recuperado frente al recorte del 64% realizado en enero. Es que los gastos en energía cayeron 77,2% en el primer mes del año, mientras que el último balance muestra un recorte real del 16,7%.
Sobre la sostenibilidad
La posibilidad de perpetuar el ajuste en el tiempo es una cuestión que los distintos analistas e inversores observan de cerca. Hasta que la sociedad aguante se podrá seguir aplicando fuertes recortes del gasto, aunque todo tiene un límite. Las marchas estudiantiles en pedido del aumento del presupuesto de las universidades públicas, junto con el último informe de Pampa Energía sobre la deuda de CAMMESA con las distribuidoras, comienzan a testear la capacidad del Gobierno por continuar la consolidación de las cuentas fiscales.
Hasta aquí el equipo económico ha sobrecumplido las expectativas. El superávit fiscal, la recomposición de las reservas netas en más de USD 10.000 millones, el controlado nivel de brecha en torno al 22%, la reducción del déficit cuasifiscal y el manejo de los pasivos intrasector público son sólo algunas de las medallas que el Gobierno luce con orgullo.
Ahora bien, la estacionalidad del déficit del segundo semestre pisa fuerte en los desafíos de los meses venideros. Encaminados hacia una normalización de las variables macroeconómicas, las reformas micro deberán comenzar a efectivizarse más temprano que tarde para acompañar y perpetuar las correcciones. Para ello, la aprobación de la Ley de Bases y el Pacto de Mayo toma cada vez más relevancia.
El delivery del Gobierno en la pata económica fue mucho mejor de lo previsto, ahora deberá ganar músculo político para avanzar hacia una estabilización integral.