En menos de una semana, la Copa del Mundo trajo varias sorpresas en materia futbolística. Para el asombro de la mayoría, el seleccionado argentino cayó ante Arabia Saudita. La probabilidad implícita de la victoria saudí, de acuerdo a los mercados de apuestas, era inferior al 5%, lo que permitió ganancias de 30 a 1 a quienes apostaron en contra de la albiceleste.

La estupefacción en los resultados no se limitó solo al caso del país latinoamericano. Alemania también perdió tres puntos a manos del sorprendente Japón. En consecuencia, existen cada vez más dudas que certezas acerca de quién es el favorito para llevarse la gloria en este campeonato.

En cambio, si de inflación se tratase, la contienda pasaría a ser mucho menos reñida. No obstante, estaríamos ante la Copa con mayor recalentamiento de precios globales de las últimas siete citas mundialistas. De acuerdo a proyecciones del FMI, la resaca de políticas fiscales y monetarias expansivas por el COVID concluirá con una inflación promedio en el planeta de 8,8% en 2022. Tendríamos que remontarnos al Mundial de Estados Unidos de 1994 para observar una nominalidad tan elevada.

El nuevo campeón

En función a los datos de octubre de 2022, en la fase de grupos del “Mundial Inflacionario” se darían algunos resultados llamativos. Los países europeos pasarían a tener mucha mayor relevancia con relación a ediciones anteriores.

Como dato de color, el “grupo de la muerte” sería el D. Ninguno de los cuatro países (Dinamarca, Túnez, Australia y Francia) se destaca por tener marcados aumentos en el costo de vida. Para asombro de muchos, el país nórdico se llevaría el primer puesto del cuadro.

Ya pasando a la fase de eliminación directa, el encuentro más parejo se daría en una de las semifinales. Tanto Irán como Ghana se encuentran entre los países clasificados con mayor inflación, rondando el 40% anual. El país de Medio Oriente sacaría una leve ventaja en el último minuto, con una nominalidad anual de 43,3% contra 40,4% del país africano.

Por el otro lado de la llave, Argentina tendría el camino mucho más despejado. En los primeros tres partidos de eliminación se enfrentaría con países europeos que no superan el 15%, mientras que el país sudamericano orilla los tres dígitos.

Y la final del Mundial no representaría dificultad alguna para la albiceleste. Si bien Irán cuenta con una tasa de inflación anual que no se despreciable (43,3%), no se acerca ni a la mitad del incremento de precios del máximo favorito.

Por lo tanto, en el Mundial de fútbol, Argentina deberá transitar un sendero menos placentero del que se pensaba en un primer momento. La clasificación no está garantizada. Sin embargo, en la Copa del Mundo de inflación, nuestro país (lamentablemente) sería el campeón indiscutido, goleando a cada rival sin esfuerzo alguno.