Lejos del 6,5% esperado, en agosto la inflación volvió a sorprender al alza. La variación mensual fue de 7%, es decir, 125% anualizada. En términos interanuales los precios crecieron 78,5%, mientras que en lo que va de 2022 acumularon 56,4% (95,6% anualizado).
Luego de romper la barrera del 7% por segundo mes consecutivo, el bimestre julio-agosto alcanzó un récord desde la salida de la hiperinflación. Esta cifra asciende a 130% anualizado, aun superando a abril-mayo 2002, los meses nominalmente más duros de salida de la convertibilidad. Por otro lado, se trata del peor dato mensual para un agosto desde 1990.
Si bien los productos estacionales subieron 8,7% y los regulados 6,3%, la mayor preocupación gira en torno al IPC núcleo, que mostró un avance de 6,8% mensual y 78,4% interanual.
En cuanto a las divisiones, el podio lo lideró Prendas de vestir y calzado (+9,9%), un rubro que sistemáticamente viene creciendo por encima del nivel general de precios y que, para colmo, trepó 109% interanual. Le siguieron Bienes y servicios varios (8,7%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (8,4%). Finalmente, el rubro que más pesa en el índice general, Alimentos y bebidas no alcohólicas, escaló 7,1% mensual.
Una vez asegurado el éxito de corto plazo en el frente externo, la mayor urgencia de Massa debería centrarse en combatir el encarecimiento del costo de vida. Si bien se espera que el jueves 15/9 el BCRA suba la tasa de interés, sin un reacomodamiento fiscal y un sobrecumplimiento de las metas pactadas con el Fondo, la política monetaria por sí sola no será suficiente para lograr que el peso no se deteriore.