- Massa anunció un tipo de cambio temporal de $ 200 para los productores de soja
- Regirá hasta el 30 de septiembre
- Se espera con este mecanismo que la liquidación en septiembre alcance los USD 5.000 millones.
- El esquema actual plantea varias inconsistencias que afectan al patrimonio del Banco Central y al tratamiento del resto de los cereales
- Sin embargo, aunque sea solo de corto plazo, traería mayor calma en el frente externo
“Dólar soja” 2.0
El domingo 4/9 por la noche Massa anunció mejoras para los productores de soja con el fin de incrementar la liquidación. Tras el fracaso del esquema 70/30 previo de julio y agosto, que representaba una mejora de precio de solo 10%, el ministro anunció un tipo de cambio temporal de $ 200 para los productores de soja. Este valor regirá sólo hasta el 30 de septiembre.
Si tomamos como base el tipo de cambio oficial de $140, esta resolución representaría una revalorización de la tonelada de la oleaginosa de 43% en pesos (siempre y cuando se mantenga el precio). Frente a esta mejora temporal, no debería descartarse una eventual caída en los precios debido al aumento en la oferta. Además, en términos prácticos, el ‘tipo de cambio diferencial’ sería casi equivalente a reducir transitoriamente las retenciones a 0%.
Si bien es un avance considerable, el precio percibido con relación al tipo de cambio libre se asemeja al que valor efectivo promedio durante el período 2011-2015.
Según declaraciones del propio ministro, este mecanismo permitiría que la liquidación en septiembre alcanzara los USD 5.000 millones, con USD 1.000 millones garantizados para los primeros tres días. La suma también contemplaría los USD 2.500 millones de retención estimados hacia fines de agosto.
Inconsistencias del ‘dólar soja’
- ‘Compro caro, vendo barato’ (lo opuesto al sentido común). Dado que el BCRA le compra divisas al complejo sojero a $ 200 y vende a los importadores a $ 140, se produce un spread negativo. Para cerrar este gap, la emisión extra sería de $ 600.000 millones. Esta diferencia surgiría de la emisión de USD 5.000 millones a $ 200 por encima de la situación inicial (USD 2.500/3.000 millones a $ 140).Por este diferencial, el Tesoro emitirá deuda bajo la forma de letras intransferibles en dólares para el Central. En consecuencia, el patrimonio del BCRA continuará deteriorándose. En cambio, una reducción directa en las retenciones habría implicado una erosión directa de las cuentas fiscales, poniendo en mayor riesgo el cumplimiento de la meta de déficit primario de 2,5% del PBI.
- ¿Qué pasará luego del 30 de septiembre? Si bien el ministro anunció que aquellos que adhieren en más de un 85% de su tenencia a la liquidación gozarán de beneficios pasado este plazo, no dio mayores certezas. Frente a las dudas que existen, se podría dar una sobreliquidación. Por un lado, esto podría desencadenar caídas en los precios. A su vez, se podrían estar adelantando liquidaciones, reduciendo el nivel para los meses siguientes. Es decir, ‘pan para hoy y hambre para mañana’.
- ¿Y el resto de los cereales? Ante esta incógnita, Massa señaló que esta medida se tomó solo para la soja ya que la producción de esta materia prima se destina casi totalmente a la exportación. En consecuencia, no debería tener ningún efecto en el nivel general de precios local. Sin embargo, dado este trato diferencial, el productor estaría más dispuesto a liquidar soja y a retener maíz y trigo. Así, el efecto en precios podría darse de igual manera, por una menor oferta en los cereales.
Una promesa de mayor calma externa
Un aumento en la liquidación por dicha cuantía podría poner paños de agua fría en la frágil situación de las reservas. Si bien es casi imposible cumplir la meta con el Fondo (USD 6.425 millones de reservas netas para fin de septiembre, mientras que hoy se ubican en USD 1.300 millones), la liquidación extraordinaria podría lograr un acercamiento al objetivo sin una devaluación brusca del peso.
A su vez, este anuncio quita presión sobre las expectativas de un salto discreto en el tipo de cambio en el cortísimo plazo, algo evidente con los recortes en las posiciones de futuros y en los precios de los bonos dollar-linked. Esto se observó también en la reducción de los contratos de dólar futuro tras el vencimiento de agosto.
Sin embargo, no podemos descartar nuevas modificaciones en los tipos de cambio efectivos de otras sectores. Concretamente, podríamos esperar correcciones en lo que se refiere a turismo para reducir una sangría que se llevó casi USD 800 millones en julio.
Con todo, más allá de que es una medida transitoria que no soluciona el desequilibrio cambiario, en el corto plazo podría colaborar para engrosar las reservas netas. El nuevo tipo de cambio diferenciado, si viene acompañado de nuevas señales fiscales y mayores subas de tasas de interés frente a una inflación todavía muy elevada, podría sentar condiciones para otro mes favorable para el carry trade con las inversiones en pesos, especialmente en las alternativas indexadas con un horizonte no mayor a 6 meses.